ABSTRACT

Introducción

A lo largo de los siglos XVI y XVII, el español atraviesa un proceso de codificación mediante un mecanismo de selección de rasgos lingüísticos llevado a cabo por agentes normativos (cortesanos, impresores, gramáticos, escritores, etc.). Por esta razón, el español clásico o de los Siglos de Oro constituye un período crucial en el desarrollo histórico del español como lengua nacional, estándar y supralocal. La bibliografía ha subrayado la importancia de estos procesos de estandarización y convergencia, prestando gran atención a normas sociales, estilos, registros, etnolectos, lengua de germanías, hablas rústicas y otras convenciones lingüísticas más o menos estilizadas; sin embargo, no se ha procedido a un análisis sistemático de las relaciones entre las variables lingüísticas y sus dimensiones sociodiscursivas. El presente capítulo se propone mostrar cómo en esta época las variantes regionales (variación horizontal o geográfica) adquieren prestigio y se convierten en marcadores sociales (variación vertical o social) o bien terminan circunscritas a la modalidad coloquial. Tras una descripción breve de los principales rasgos caracterizadores del español clásico, se examina en qué medida la estratificación sociolingüística del español de los Siglos de Oro está condicionada por la norma madrileña.